Gran victoria de la UD Ibiza en el estadio de Santo Domingo de Alcorcón por 0-2 confirmando la mejoría de la jornada anterior y rompiendo la mala racha de las 3 derrotas de las jornadas.
El primer paso para conseguirlo fue poner el cerrojo en defensa. Una gran defensa de los centrales Rubén y Goldar, y un inconmensurable Germán hicieron ese trabajo.
El segundo paso era tener controlado los partidos. Eso no significaba que fuera tener el balón, sino tener el control del tempo del partido. Molina, Appin y Javi Lara se encargaron de temporizar el juego.
Y, por último, el equipo necesitaba ser más efectivo. Aprovechar las ocasiones con un mayor acierto es primordial para obtener los objetivos en este curso. Castel, Bogusz y compañía lo están mejorando.
Todo eso, junto con una dirección de Carcedo reconducida, y metido en una coctelera hizo que el conjunto pitiuso se presentara en un campo, donde el conjunto local ha realizado más de una hazaña (véase el "Alcorconazo"), para dejar claro que este Ibiza ha madurado tras su baño de realidad. No hay mejor forma de evolucionar que en momentos de crisis.
En Alcorcón los celestes hicieron el partido pensado desde el principio. Dejar el balón a los amarillos (que por su clasificación y por ser locales son los que más presión tenían) y salir a la contra o con balones largos para aprovechar alguna ocasión. El guión siguió los patrones esperados, añadido a que el conjunto madrileño debía de presionar a tope, solo quedaba con temporizar y madurar el encuentro. La oportunidad a la contra tenía que suceder.
Y así fue. Un pase medido del polaco Bogusz al goleador Castel puso el 0-1 en el minuto 61 y un saque de córner sacado por el mismo asistente y anotado por Rubén en el minuto 68 dejaron sentenciado el encuentro. Un partido madurado y trabajado, superando las debilidades. Ahora a seguir por este camino.
